¿Cuántas veces nos ha salvado la vida un bocadillo? Y qué poco agradecido es el mundo de la gastronomía con él; siempre ha sido considerado de segunda división, tanto por gourmets, foodies y cocineros. Aunque de un tiempo a esta parte hay varios locales que han decidido levantar un monumento gastro en su honor con propuestas de lo más sabrosas. A nosotros nos encantan estas cuatro. Buenas, bonitas y baratas. ¡De vicio!
Lomo bajo
Tartar Roll de buey
Carne. Y solo carne. Carne roja. Madurada. De calidad suprema y sabor extremo. Es la propuesta del restaurante LomoBajo, que encandilará a los carnívoros de raza. Y su gran originalidad es presentar esta carne de primera calidad (sea de buey, vaca o ternera) en formato bocadillo, consiguiendo una puesta en escena con un producto de calidad único en el mundo.
LomoBajo. Aragó, 283-285.
Carrot Café
El Gran Pastrami
En realidad, cualquier bocadillo, sándwich o hamburguesa de Carrot Café son recomendables, así que vale la pena repetir visita en este agradable local para descubrir sus diferentes propuestas. Pero en la primera hay que probar, sí o sí, El Gran Pastrami: lleva mostaza de miel, pepino gigante, scamorza affumicata y carne de pastrami, todo ello envuelto en pan de centeno. Fueron los primeros de la ciudad en sacar este bocata enorme y con la mejor carne. Pídelo con sus patatas chips gigantes. Luego, si te queda hueco para más, cata el lobster roll, un bocadillo de bogavante entero con mahonesa, lechuga y rúcula, y el de ceviche al estilo peruano.
Carrot Café. Tànger, 22.
Enoterra
De pollo a baja temperatura y aceite de trufa
La oferta de este nuevo local, en la plaza de la Universitat, cumple con la triple B (Bueno, Bonito, Barato) pero debería añadirse el signo +. Los bocatas de Enoterra son BBB +, porque son muy grandes. Gigantescos. Será difícil que los veas de este tamaño en otros sitios. Llevan la firma de Fran López, dos estrellas Michelin por Villa Retiro (Xerta) y Xerta (Barcelona), que usa un pan artesano increíble y productos proximidad preferiblemente ecológicos, huevos de gallinas criadas en libertad… además de elaboraciones que realiza en sus restaurantes. El mejor ejemplo de su filosofía bocatil es el bocadillo de pollo hecho a baja temperatura y aliñado con salsa de trufa. Simplemente sensacional. Y solo cuesta 5 euros.
Enoterra
Ronda de la Universitat, 1.
Entrepanes Díaz
De mejillones
En cualquier lista de buenos bocatas siempre aparece uno de calamares. Para no caer en el tópico, vamos a proponer uno diferente pero que también tiene sabor marino: el de mejillones en escabeche de Entrepanes Díaz. Que es, además, el preferido del dueño, Kim Díaz, propietario también de Bar Mut. Con un pan crujiente y no demasiado grueso pero que aguanta cualquier salsa, el bocata en cuestión está ‘enriquecido’ con pimiento rojo y verde sazonados con aceite de soja. Un bocadillo que te deja un gusto largo-largo. Y sí, el de calamares (con salsa de tinta de calamar y mayonesa y un poco de perejil) también merece un mordisco de los buenos. Por cierto, todos los bocatas de este establecimiento relativamente nuevo llegan a la mesa o la barra servidos por camareros de toda la vida, con pajarita y chaleco incluidos.
Entrepanes Díaz. Pau Claris, 189.