El verano es el momento perfecto para disfrutar de la ligereza y el frescor de un buen vino rosado. Aquí van unas pistas para armonizar un aperitivo con un rosé y una tabla de quesos.
- Selección de quesos.
A la hora de maridar quesos y vinos, prevalece la lógica: a vinos suaves, quesos suaves; y a vinos potentes, quesos potentes. Si no corremos el riesgo de que uno mate al otro. Para este aperitivo serviremos un Viña Esmeralda Rosé de Bodegas Torres, un vino fresco, ligero y agradable, con la intensidad aromática que le aporta la garnacha con la que se elabora, variedad típica del Mediterráneo. Se caracteriza por un aroma floral y frutal al mismo tiempo, delicado y perfumado, donde aparecen frutas rojas y cítricas, con un fondo de melocotón blanco.
Para acompañar este rosé, apostamos por una tabla compuesta de quesos suaves (que acompañará con armonía el Viña Esmeralda Rosé) y cremosos (que se deshará por el paladar y será limpiado por el paso en boca ligero y fresco del vino). Desde la quesería Can Luc de Barcelona (Carrer de Berga, 4) nos recomiendan decantarnos por quesos de cabra, estilo Banon o Formatges L’Oliva y pequeñas piezas recubiertas con hierbas como la gama artesanal Le Bolut, cuyos quesos muy frescos están rebozados con pimientas y hierbas. También puede tener presencia en la tabla un Tomme d’Aydius, un queso de montaña que se elabora con leche cruda de vaca, la pasta tiene una textura firme y suave color crema claro, con pocos ojos de formas extrañas, un sabor fuerte, afrutado y marcadamente caprino. Aroma a mantequilla. La corteza, que se frota con salmuera durante su maduración, tiene un hermoso color rosado.
- Reglas de preparación:
- Sacar los quesos de 30 minutos a 1 hora antes de iniciar la degustación (según si hace más o menos calor). Tapar el plato de quesos con un paño ligeramente húmedo para que conserven toda su untuosidad.
- El rosé debe servirse fresquito (unos 15ºC), que no frío, ya que no permitiría disfrutar los sabores del maridaje.
- Reglas básicas de degustación:
Para parecer un auténtico profesional y entablar la conversación en este aperitivo, aquí unas pistas:
El vino:
- Observar el aspecto del vino en la copa (color, reflejos, brillantez…).
- Oler los aromas y tratar de distinguir sus notas (florales, afrutadas, a madera, …).
- Catar y percibir las texturas (suave, untuoso, aterciopelado…) y sabores para disfrutar de su complejidad del rosado.
El queso:
- Observar color y aspectos de los quesos (costra lavada, afinada en superficie, florida…).
- Oler la costra y el interior de la pieza.
- Apreciar las texturas del queso cuando se deshace en boca.
- Detectar los sabores y sensaciones del queso: ¿es delicado, potente, pronunciado
Para la cata, proceder de la siguiente manera: bocado, trago, bocado, trago,…
Excelente combinación, el rosado también marida con quesos.
Hay un viejo refrán que dice que no te den vino con queso pero creo que nada menos acertado. A mi personalmente me encanta.
De hecho hoy tengo preparado una tarde con amigos en casa con el vino rosado parreño 2015 de bobal de la do utiel requena y quesos (aún tengo que acabar de elegir unos cuantos más, ¿recomendaciones?)
En cuanto al vino creo que vale la pena incluirlo en la lista de vinos para catar http://utielrequena.org/utiel-requena-elige-ocho-vinos-representativos-la-denominacion-origen/ aquí hablan de él
Hola Emilio, gracias por tu apunte!
Como comentado en el post, te recomendamos las piezas de queso de cabra o de leche cruda de vaca. Una gran apuesta, el brillat-savarin! 😉
Buen provecho!